AKBAL.MAGAZINE

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miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL VINO DE JEREZ EN EL ARTE Y SUS BENEFICIOS A LA SALUD
Por: Priscila Mazariegos
Fundadora y Directora de AKBAL Magazine y AKBAL Producciones
El jerez se hace con cierto tipo de uva y el mejor proviene de la zona de jerez de la frontera, en el sur de España. Antiguamente para la elaboración del jerez aplastaban la uva hombres que llevaban un calzado especial con una especie de uñas para pinchar el fruto y extraer su jugo sin soltar las semillas.

No debemos de extrañarnos, que fuera Arnaldus de Villa Nova (c.1235-1313), alquimista, astrólogo y médico de origen catalán, el autor del primer tratado dedicado al vino, el Liber de Vinis, que aunque escrito hacia el 1310 no fue hasta 1478 que se tradujo e imprimió en Alemania.

Si de éste desconocemos su contenido, sí sabemos que en él se atribuyen al vino muchas cualidades benéficas para la salud, que posteriormente serían confirmadas por el catedrático de Medicina de la Universidad de Alcalá, Cristóbal de la Vega (1510-1573) en su Liber de Arte Medendi o Libro del Arte de la Medicina. En la parte segunda de esta obra, publicada en Lyon en 1564, hay un apartado dedicado a las bondades de algunos vinos españoles, incluidos los de Jerez.


Con razón, cuando Shakespeare publica en 1597 su obra Enrique IV (2 parte), pone en boca de Falstaff lo que todo el mundo sabía: los buenos beneficios que dan nuestros vinos al que lo bebe: «La segunda propiedad de vuestro excelente jerez es la de calentar la sangre que, estando antes fría y calmosa, dejaba al hígado blanco y pálido, lo que es signo de pusilanimidad y cobardía; pero el jerez la calienta y la hace correr del centro a las extremidades, ilumina el rostro que, como un faro, ordena arrimarse a todo el resto de este pequeño reino, el hombre, y entonces toda la burguesía de los espíritus interiores se reúnen alrededor de su capitán, el corazón, quien potente y ufano de su ejercito, realiza cualquier acto que sea de valor; y este viene del jerez».


Será en Inglaterra que el jerez refrende sus especiales propiedades en el campo de la medicina. Tanto el físico Nathanel Hodges (1629-1688), que en su obra Loimologia mencionará el consumo que hacia del sherry-sack como especial preventivo y diaforético durante la plaga de peste de 1665, como Thomas Sydenham (1624-1689), considerado el padre de la ética médica moderna, que en su Láudano, también conocido como Vinum Opii, utilizará el jerez en su compuesto analgésico, considerado el primer medicamento patentado en el mundo.


Durante la segunda mitad del siglo XIX el jerez logrará el status oficial del sector médico al ser incluido en diferentes farmacopeas del mundo, como en la americana, de 1850, en la inglesa, de 1851 o en la mexicana, de 1896, con el apelativo de Vinum Xericum.


Más cercanos a nosotros, pero no por ello menos representativos, son los doctores jerezanos Revueltas, Aranda o Joaquín Aleixandre, fervientes defensores de la prescripción del jerez en ciertas enfermedades y dolencias. Este último participó en el XIV Congreso Internacional de Medicina, celebrado en Madrid a principios del siglo XX, con un trabajo titulado Valor terapéutico de los vinos de Jerez. Obra a la que se aludirá en el libro del doctor norteamericano, Salvatore P. Lucia, A History of Wine as Therapy, publicada en 1963.


Si en el árido terreno de la ciencia hemos comprobado la importancia de nuestros caldos a lo largo de los siglos el arte, como el cine y la literatura, va a ser un prisma que refleje de forma singular esta historia a través de creaciones de ficción.
En el cine tenemos ejemplos de cómo los galenos bebían o recomendaban una copa de jerez. Si no recuerden al doctor Watson de Sherlock Holmes y la persecución de los argelinos, al trastornado Guy Carrel en La obsesión, al protector Austin Slooper en La heredera, al triunfador Andrew Manson de La Ciudadela, al amante Steve Stratton en Amigos apasionados, al científico Jekill en El extraño caso del Dr. Jekill, al forense de Sombras y nieblas, o al viejo profesor Isaak Borg, interpretado por Víctor Sjöstrom, de Fresas Salvajes, al que le gusta un aperitivo de Dry Sack antes de comer.


De la literatura vamos a seleccionar a uno de los grandes, al canario Benito Pérez Galdós, que en más de treinta de sus obras introduce el jerez en la trama de las novelas. En Fortunata y Jacinta se puede leer que el médico ha indicado, entre otras medicinas: «Y a sus horas una copa de jerez o Pajarete», como en El amigo Manso que:«Le recetaba vino de Jerez y agua de hojas de naranjo agrio», sin olvidar La de Bringas: «El médico me dice que tome un dedito de jerez». Igualmente en Las tormentas del 48 y El Doctor Centeno el vino de la tierra tiene diversas funciones medicinales.
Como coda final para la reflexión recordemos las sabias palabras del reputado filósofo y médico judío andaluz, Maimónides (1135-1204): «Los beneficios que trae consigo la ingestión de vino son muchos, si es bebido en cantidad apropiada. Conserva el cuerpo en condiciones sumamente saludables, lo mismo que cura muchas enfermedades. Pero el conocimiento de su correcto consumo es desconocido para la mayoría de las personas».


«El doctor sacó una botella de amontillado cuando se sentaron a la mesa». El grito de la lechuza, de Patricia Highsmith.

PROPIEDADES DEL VINO DE JEREZ

Una copita diaria de Vino de Jerez ayuda a:

  1. Entre los efectos de este consumo, destacan la baja mortalidad por infarto de miocardio entre los bebedores moderados de vino frente a los abstemios; el efecto anticanceroso de los vinos, su capacidad para retrasar el envejecimiento, la demencia senil o el Alzheimer.
  2. El vino de jerez ayuda a reducir el riesgo de cáncer, ya que es 100 veces más efectivo que la vitamina C y 25 veces mejor que la vitamina E por el alto contenido de antioxidantes.
  3. El vino ayuda a que el cuerpo pierda peso, ya que quema la grasa y es un estimulante natural del metabolismo. Ayuda a prevenir y a reducir el riesgo de artritis reumatoide. Las claves es su alto contenido de fluoruro que ayuda a mantener los huesos fuertes.
  4. Mejora el metabolismo en relación a los lípidos y la glucosa, y previene de súbitos incrementos en el nivel de azúcar en la sangre equilibrando el metabolismo general.
  5. Ayuda a prevenir la presión alta sanguínea. El catechin que se encuentra en el vino de jerez puede matar las bacterias que causan el envenenamiento por alimentos y destruye las toxinas producidas por esas bacterias.
  6. Los polifenoles y flavonoides que se encuentran en el vino de jerez ayudan a estimular el sistema inmunológico fortaleciendo la salud y luchando contra las infecciones.
  7. Ayuda a combatir el problema de infecciones en oídos. Incrementa la efectividad del tratamiento de interferon para el Herpes
 tipos de vinos de Jerez:

Finos, olorosos y amontillados que crean una gran variedad de estilos y sabores.



FINO: El más delicado de los vinos jerezanos; sobre todo cuando es pálido, de graduación mínima y elegantemente seco. Procede exclusivamente de la variedad de la uva Palomino.


MANZANILLA: Puede definirse como un “fino” peculiar de Sanlucar de Barrameda, con un aroma fresco y floral, con nota salina muy excitante y característica.


AMONTILLADO: Un vino de compleja crianza que comienza añejándose como fino, pero en un momento determinado de su crianza biológica es encabezado y pierde su velo de “flor”. En el paladar son más secos, con sedoso tejido y una elegancia muy sensual.


OLOROSO: Los vinos olorosos no desarrollan el velo de la “flor”. Exhiben un color profundo, oro viejo y caoba, con un aroma fragante en el que destacan la fruta del vino, la nuez y almendras tostadas. Al paladar son plenos y sostenidos por los nobles taninos de la solera.


PALO CORTADO: Es un oloroso de características especiales, corpóreo pero con el aroma más fresco y punzante de un amontillado. Un buen palo cortado no puede obtenerse por medios técnicos, ya que exige la evolución natural del vino hacia este original estilo.


RAYA: Es un vino oloroso de características más modestas, con buen cuerpo pero con aroma menos fragante y delicado.


PEDRO XIMÉNEZ: Un tesoro de vino. Se elabora exclusivamente con uvas de la variedad “Pedro Ximénez”, asoleadas para aumentar su riqueza.


CREAM: Se obtiene este vino por la mezcla de un oloroso seco y un dulce Pedro Ximénez.


MOSCATEL: Procede exclusivamente de la variedad de uva moscatel. Por su calidad son legendarios los moscateles de la vecina localidad de Chipiona.
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